martes, 6 de agosto de 2013

EL VERANITO VIVEÑO Y SAN LORENZO


10 de agosto, día de San Lorenzo, patrón de Ibahernando, pueblo cacereño en cuyas calles he pasado 28 de los 29 veranos que están a punto de caerme encima. Este pequeño relato va dedicado a a todos mis amigos/as viveños/as de adopción con los que he disfrutado a lo largo de todos estos veranos, desde aquellas tardes interminables de fútbol en el Pozo Arriba hasta las fiestas de este año que están a la vuelta de la esquina. 

A 270 kilómetros de Madrid, mi ciudad natal, se esta una humilde población cacereña de unos 500 habitantes en la que terminaron echando raíces tanto mi familia paterna como mi familia materna. De pequeño raro era el verano que no estábamos ya allí el 1-2 de julio pasando esos calurosos 2 mesecitos de vacaciones veraniegas hasta la vuelta a las clases el 1 de septiembre. Y tanto ahora como cuando eramos pequeños se puede decir que aburrirnos no nos aburríamos.

De pequeños era impensable no pasarse cualquier tarde de estos veranos, salvo que lloviera a raudales, en la que no nos pasáramos horas y horas jugando al fútbol (con mayor o menor suerte, sobre todo menor suerte en mi caso, jeje) bajo una solanera como Dios manda, solo interrumpida durante escasos minutos para tomarnos ese colacao de media tarde.

Un poco mas mayores (con 14-15 años, o un poco antes quizás, ya no me acuerdo bien), rara era la tarde que no acabábamos en las escuelas jugando igualmente al fútbol, por mucho que nos dejáramos las rodillas en esas lijas que tenían como superficie la pista de fútbol de dichas instalaciones. Rara era también la tarde que no marchábamos a montar en bici por los pueblos de los alrededores aún sabiendo que si ese día tocaba subir carretera el que ganaría sería Samuel o si era en llano la victoria final del último tramo que disputábamos lo ganaría o el propio Samuel o Grego.

Algo mas mayores, ya era difícil pasar los dos meses aquí, nos reuníamos a partir del Torneo de Fútbol Sala de principios de agosto del que podemos decir bien orgullosos Los Asisones salieron subcampeones en un par de ocasiones, y lo disfrutábamos como si hubiéramos sido los campeones en toda regla. Y qué decir de esas noches en la "callejina" hubiera mas o menos luz tomándonos unos cubatillas antes de marchar a la plaza principal del pueblo a degustar los últimos sorbos durante la actuación de la orquesta.

Ahora sería impensable imaginar un San Lorenzo sin tomarnos esas copichuelas nocturnas, sin ir alguna mañana de cañas haya charanga o no, sin la cenita típica de todos los que estemos presentes en esos momentos festivos, porque sabemos que salvo que se acabe el mundo lo mas probable es que todos o casi todos nos volvamos a reunir esos días de fiesta en nuestro pueblo, para ponernos al día de nuestras vidas y disfrutar de varios días de fiesta y buena compañía.

A todos vosotros/as van dedicadas estas líneas y esta canción, que curiosamente también fue publicada por estas fechas hace ya casi 20 años.

LIVE FOREVER.






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