miércoles, 12 de junio de 2013

NOS VAMOS PA' ZARAGOZA

Zaragoza, nuestro destino
Dicen que se debe considerar verdadera a la amistad cuando en esta existe una unión desinteresada, cordial, abierta, en la que hay un interés mutuo por los problemas, éxitos o sufrimientos del amigo en cuestión, y que la verdadera amistad siempre supera barreras y distancias.

Desde pequeño siempre he tenido la suerte de tener un grupo maravilloso de amigos de origen viveño (vivieran donde vivieran, ya fuera en Cáceres, Mostoles, Madrid...) y por los que podría poner la mano en el fuego por ellos sabiendo que jamás me quemaría. Y aunque con los años, al hacernos mayores nos vemos menos, por suerte, la llama de la amistad no parece apagarse sino mantenerse sólida e incandescente, y cada vez que nos vemos merece la pena cada instante.

Lidia, Manu, Sara, Jose y Samu en la primera cena
El pasado fin de semana tocó hacer una visitilla a la ciudad de Zaragoza para pasarlo en compañía de unos excelentes anfitriones (Sara y Jose) y otros tantos madrileños (mi primo Manuel, Samuel y Lidia) que cogimos el viernes por la tarde el Ave desde la estación de Atocha. Viaje rápido a 300 kilometros por hora. Tras la llegada y dejar las maletas en el piso de Sara y Jose, tuvimos una cena muy agradable en uno de los sitios que mas me gustó del fin de semana y pasamos la noche tomando unas copichuelas hasta la hora de acostarnos. Cabe decir que nunca pensé que un colchón cuna del Ikea podría ser tan cómodo como me resultó jaja.

En la sala Oasis
Sábado por la mañana tras los correspondientes desayunos nos dispusimos a pasar la mañana tapeando por la zona mas conocida de Zaragoza para este fin. Riquísimos los calamares (a pesar de la ligera pájara que tuve), y chulísimo el japonés donde también tomamos algo. Por la tarde, a pesar del llueve y no llueve constante, paseíto por la Basílica del Pilar, subida a una torre cercana con cotilleo de boda incluida (las putas alturas no me impidieron localizar a la de amarillo pese a las dudas iniciales jeje), otro paseíto por el parque mas importante de la ciudad, foto futbolera de rigor en La Romareda. Tras esto nos despedimos de un paraguas que nos había acompañado durante todo el día y que dio un juego enorme, jeje. Por la noche cena cojonuda a base de tortillas de distintos sabores y copa mientras veíamos un curioso espectáculo de cabaret. Después un poco mas de disfrute de la noche Zaragozana terminando en una de las discotecas con mas solera en tema de conciertos de Zaragoza (con la nostalgia incluida de ver que aunque el nombre no se inspira en ellos, se llama como mi grupo favorito, I miss Oasis!!!).

Y para terminar, el domingo comimos en un sitio al que hay que volver si o si, excelente la comida aragonesa (sin palabras para describir el ternasco, de lo mejor que he comido en toda mi vida), y unos excelentes camareros que se merecieron una foto. Por la tarde visita a la zona de la Expo aprovechando que el tiempo respetaba y carrera de Fernando Alonso. Tras ésto, vuelta a casa con la satisfacción de haber pasado dos días estupendos en buena compañía y con ganas de repetir experiencias de este tipo. 

Comida de despedida
Rico rico rico













Hasta pronto Zaragoza, ¡¡¡fue un auténtico placer!!!

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